Un artículo escrito por el vicepresidente de ventas/desarrollo empresarial de Brain Corp, Brian Hughes. Publicado el 7 de enero de 2019. Independientemente del tamaño de la empresa o del sector en el que opere, añadir automatización a un entorno empresarial puede suponer un cambio significativo en la forma en que una organización se conduce. La inteligencia artificial (IA) y las máquinas y el software que la utilizan no son una excepción; de hecho, Deloitte descubrió que el 90% de las empresas encuestadas pensaba que las tecnologías cognitivas (como la IA) tendrían un papel en la configuración de la estrategia de la empresa. La inclusión de nuevas tecnologías requiere una reflexión más allá de lo que se anuncia como lo último y lo mejor. Las empresas interesadas en adoptar la IA suelen estar motivadas por factores específicos, como la capacidad de ahorrar tiempo y dinero, crear más eficiencia en la realización de determinadas tareas o ser líderes del sector con una mentalidad que da prioridad a la tecnología. Según TechRepublic, un estudio reveló que el 49% de los encuestados veían mayores ventajas competitivas en las iniciativas de aprendizaje automático. Sin embargo, eso no significa intrínsecamente que una empresa esté preparada para modernizar su enfoque. Antes de que la transición a la robótica y a la tecnología basada en IA pueda llevarse a cabo con éxito, hay que plantearse y responder varias preguntas. Como vicepresidente de desarrollo de negocio y ventas de una empresa de software de IA y robótica, recomiendo enfocar el proceso de la siguiente manera:

‍Posicionarel plan con el personal Una de las principales preocupaciones que he observado tanto entre los trabajadores como entre los empresarios es la creciente dependencia de la tecnología en las empresas para realizar el trabajo de forma más eficiente. Se cierne la percepción de que la utilización de máquinas autónomas eliminará la necesidad de mano de obra humana, o la reducirá drásticamente. Informes recientes sugieren una realidad diferente. Un estudio de 2017 de McKinsey sobre el futuro del lugar de trabajo y la automatización sugiere que entre el 9% y el 26% de las horas de trabajo en los países estudiados podrían automatizarse para 2030. Sin embargo, esto no indica necesariamente una pérdida neta de puestos de trabajo. Por el contrario, podría crear un entorno en el que se animara o exigiera a los empleados que adaptaran sus habilidades para seguir el ritmo de la afluencia de la tecnología de IA. Las organizaciones que se plantean la IA y la robótica deben reconocer el miedo a la eliminación de puestos de trabajo que probablemente experimenten los trabajadores. Podría ser beneficioso centrarse en el hecho de que, en algunos casos, la incorporación de la IA no cambia necesariamente la forma de hacer las cosas. Por ejemplo, los robots de reparto y los recogedores de inventario que utilizan IA son las mismas máquinas con las que los empleados ya están familiarizados. El único cambio es que el trabajo se realiza por sí solo, sin operador humano. Así, los empleados podrían dedicar su tiempo a otras cosas, como atender a los clientes o aprender nuevas habilidades que puedan utilizar en el trabajo. Considero que posicionar las herramientas de IA como estrategia para mejorar la productividad y abrir oportunidades laborales a los empleados es un factor necesario para el éxito de la implantación.

‍Formare implantar correctamente Al invertir en IA, las empresas también deben implantar la formación al inicio de un cambio y tener en cuenta los retos que pueden surgir en el proceso de implantación. Para evitar retrasos en la implantación, permita que quienes vayan a utilizar o trabajar con la tecnología se impliquen en las primeras fases del proceso. La transparencia con sus empleados es clave. Desde el punto de vista de la formación, puede comunicar claramente lo que necesita de los empleados hasta el nivel de tienda o almacén. Según mi experiencia, la formación es sencilla y rápida en la mayoría de los casos gracias a las interfaces de usuario simplificadas de la IA. Si no disponen de esa información por adelantado, los empleados pueden mostrarse reticentes a participar. Las empresas preparadas para un cambio a la IA reconocen este posible escollo y pueden superarlo antes de que comience el despliegue gestionando las expectativas. Trabajar para generar confianza entre los empleados y el producto basado en IA, proporcionando visibilidad y garantía, y describiendo las tareas no automatizadas y de mayor valor que los empleados podrían realizar, puede garantizar una implantación más fluida. Las empresas también deben trabajar con su proveedor de IA para garantizar la asistencia de software, el mantenimiento de hardware y la formación necesaria. El calendario de implantación también debe discutirse con el proveedor de IA por adelantado: hay que centrarse en el tiempo que se tardará en poner en marcha la nueva tecnología según lo previsto. Comparta estos detalles con los empleados que trabajarán estrechamente con la tecnología para que las expectativas queden claras.

‍Gestionar loscambios del entorno Las empresas en los entornos más dinámicos, incluidas las operaciones minoristas y de almacén, pueden ver los beneficios a largo plazo de la IA en la mejora de la eficiencia y la reducción de la brecha entre la escasez de mano de obra y las necesidades del negocio. Sin embargo, el paisaje físico en constante cambio de este tipo de empresas puede ser motivo de preocupación. Los entornos cambian continuamente, con nuevos expositores que ocupan espacio en la parte delantera o cambios en el alojamiento del inventario en la parte trasera. La implantación de la IA requiere cierta voluntad de flexibilidad inicial. La capacidad de influir en el entorno antes de introducir la robótica ayuda a crear la implantación más eficaz. Los empresarios que están preparados para adoptar la IA y la robótica son aquellos que reconocen que se trata de un esfuerzo de colaboración en asociación con el proveedor para garantizar que la solución sea la más adecuada y tenga éxito. Las empresas que estén preparadas para empezar a utilizar la IA pueden consultar primero a sus socios de la cadena de suministro para determinar qué eficiencias y beneficios podrían obtener añadiendo la IA al redil. Comprender a qué áreas operativas se dirigen los socios comerciales puede ayudarle a reconocer dónde puede haber una oportunidad de incluir la IA en sus propias operaciones. Esto también puede ayudarle a determinar si la IA es la tecnología adecuada para las necesidades empresariales específicas de su empresa. Al identificar estas áreas, puede basar la decisión sobre si seguir o no una estrategia de IA en los resultados futuros. Las empresas deben determinar qué retos operativos puede resolver la IA y qué nivel de valor aporta a la organización. Compare estos atributos de la tecnología de IA -ya sea robótica, herramientas de aprendizaje automático u otras soluciones de automatización- con el coste de seguir haciendo las cosas como hasta ahora para decidir si es una inversión que merece la pena. Las empresas que se mantienen firmes en su enfoque operativo y creen que las cosas deben seguir haciéndose como hasta ahora probablemente no estén preparadas para la IA en la práctica. El éxito de la implantación de una nueva tecnología requiere varios factores clave, pero he descubierto que siempre empieza con la voluntad de cambiar. Tomar la decisión final requiere un análisis coste-beneficio basado en las necesidades de la empresa, una estrategia integral en torno al posicionamiento de la IA con el personal, un plan de formación eficaz y una cuidadosa consideración de cómo las nuevas tecnologías alterarán e impactarán en los entornos físicos. Este artículo apareció originalmente en Forbes.