El brote del nuevo coronavirus, COVID-19, que comenzó en Wuhan, China, se ha convertido en una pandemia mundial. Las pandemias no son sólo tragedias pasajeras de enfermedad y muerte. La omnipresencia de tales amenazas a gran escala, y la incertidumbre y el miedo que las acompañan, conducen a nuevos comportamientos y creencias. La gente se vuelve más desconfiada y menos dispuesta a comprometerse con cualquier cosa que le parezca extraña o ajena.