El mundo del comercio minorista es muy competitivo, y la satisfacción del cliente es crucial para que las empresas prosperen. Las empresas se esfuerzan por ofrecer respuestas rápidas y servicios eficientes a sus clientes. Sin embargo, un aspecto de la satisfacción del cliente que a menudo se pasa por alto es garantizar la felicidad y el bienestar de los empleados que atienden a esos clientes. Como puso de manifiesto la pandemia, los empleados de los supermercados son miembros esenciales de las tiendas y de la sociedad, ya que ayudan a atender a los clientes que tanto dependen de ellos. Sin embargo, a menudo se ven abrumados por tareas mundanas que les quitan tiempo y les alejan de la atención al cliente. Estas tareas son necesarias, pero ofrecen pocas oportunidades para que los empleados ayuden a vender a los clientes y presten servicios de atención al cliente, que es donde muchos empleados experimentan el crecimiento personal y la satisfacción laboral. En consecuencia, los empleados pueden desmotivarse con facilidad, lo que lleva a un descenso de su rendimiento general, que repercute negativamente en la experiencia de los compradores. La industria minorista experimenta la mayor tasa de rotación de personal de todos los sectores en Estados Unidos. Según un informe de McKinsey, la "tasa de abandono" supera en más de un 70% a la tasa general de abandono en Estados Unidos. El informe también señala que las principales razones para dejar un trabajo en el comercio minorista son la falta de desarrollo profesional y la falta de un trabajo significativo. Una encuesta realizada por Waitwhile a 1.000 trabajadores de primera línea reveló que casi tres cuartas partes de los trabajadores del sector minorista dicen aburrirse en el trabajo. Imagínese que los empleados pudieran reorientar sus esfuerzos hacia el establecimiento de relaciones con los clientes, la comprensión de sus necesidades y la oferta de experiencias personalizadas. Esto crearía empleados más felices, apasionados por su trabajo y dispuestos a hacer un esfuerzo adicional para garantizar la satisfacción del cliente.
- McKinsey and Company, Making work meaningful from the C-suite to the frontline. Una de las conclusiones de Waitwhile es que "los minoristas deberían buscar formas de aumentar el tiempo que los empleados pasan cara a cara con los clientes automatizando -o haciendo más eficientes- las tareas más solitarias". Los robots dotados de inteligencia artificial pueden ser de gran ayuda en tareas repetitivas que requieren mucho tiempo en diversas áreas, como la realización de inventarios. La gestión del inventario es un aspecto crítico de cualquier operación minorista. Tradicionalmente, varios empleados pasan horas escaneando manualmente las estanterías para controlar los niveles de existencias e identificar problemas de disponibilidad. Este proceso, que requiere mucho trabajo, no sólo desvía a los empleados de otras tareas, sino que a menudo provoca imprecisiones y problemas de disponibilidad de los productos. Los robots de escaneado de estanterías, equipados con sensores avanzados y funciones de visión por ordenador, recorren eficazmente los pasillos de la tienda y escanean las estanterías. Proporcionan información precisa y actualizada sobre productos agotados, artículos extraviados y mucho más. Con estos datos, las tiendas pueden reponer rápidamente los estantes, minimizando la frustración de los clientes causada por la falta de disponibilidad de los artículos deseados. Al automatizar estas tareas, los empleados pueden dedicar menos tiempo a la gestión manual del inventario y más a atender a los clientes, ofrecerles recomendaciones personalizadas y mejorar la experiencia de compra en general. Integrar robots en la plantilla no significa sustituir a los humanos. Por el contrario, les permite centrarse en tareas que requieren creatividad humana, empatía y capacidad para resolver problemas. Los empleados poseen cualidades únicas que los robots no pueden reproducir, como la inteligencia emocional y la capacidad de conectar con los clientes. Al aprovechar las mejores capacidades de las personas y los robots, las empresas pueden aprovechar lo mejor de ambos mundos: la eficiencia de la automatización y el toque humano que crea relaciones duraderas con los clientes. A su vez, esto crea un entorno en el que los empleados están motivados, satisfechos y capacitados para ofrecer experiencias excepcionales a los clientes. Es una situación en la que todos salen ganando y que conduce a empleados más satisfechos y, en última instancia, a clientes más satisfechos.